“Las compañías MLM no pueden obligar a sus socios a comprar inventario”

Thomas Ritter, un abogado especializado en compañías de MLM de Thompson Burtonk, explica por qué las empresas de mercadeo en red no pueden ni deben obligar a sus distribuidores de productos a la compra de inventario para calificar a las comisiones de la empresa.

28 de diciembre de 2020
Foto: Envato Elements

Thomas Ritter es un abogado asociado con Thompson Burton. Su área de experiencia se enfoca principalmente en la regulación de las transacciones comerciales y los derechos de la comercialización directa. Como abogado del MLM ha publicado un artículo acerca de la increíble norma de “Pagar para participar” es decir, uno de los dilemas que enfrenta la industria del Network Marketing.

La versión corta de este artículo de Ritter es: “Las empresas no pueden exigir a sus participantes comprar inventario como condición para hacer parte de la compañía…”

Esto fue lo que dijo Ritter al respecto en una publicación del blog de la firma de abogados Thompson Burton:

Thomas Ritter:

“Cuando tengo la sensación de un vacío en la comprensión de la industria de marketing multinivel sobre cualquier tema, yo lo veo como una oportunidad para aprender más y escribir el contenido que hace que las cosas sean más claras.

Con frecuencia he recibido muchas preguntas sobre el tema de si una empresa puede requerir obligatoriamente la compra de productos mensuales como condición para calificar en el plan de pago. Cuando les doy mi respuesta, a veces sus comentarios me sorprendían.

Esta es la verdad: las empresas de marketing multi-nivel no pueden exigir a sus participantes la compra de inventario como condición para hacer parte de la compañía. Esta es la ley y su regulación, lo que significa que es una regla a la que están sujetos todas las compañías dedicadas al Network Marketing sin excepción.

Si este principio es sorpresa para muchas compañías, no hay duda de que su ignorancia, acción u omisión no son excusa para pasar por alto esta reglamentación y más bien las empresas deben preocuparse por gestionar sus medios de prevención en materia de regulación que cobija esta industria. De lo contrario, este tipo de empresas podrían llegar a ser acusadas de funcionar bajo un esquema piramidal.

La mejor definición de lo que es un esquema piramidal es presentado por la FTC en un caso de 1976, In re Koscot Interplanetary, Inc., en la que se establecen los elementos que separan a un MLM legítimo de un esquema piramidal. Estos son:

  1. El pago de un participante en forma de dinero por la contraprestación de comercializar un producto o servicio.
  2. El derecho a recibir beneficios no relacionados con la comercialización de productos a los usuarios finales.

Para las empresas, cualquier tipo de compra requerida está relacionada con el pago. Pero esto no significa que las empresas tengan que presionar a los distribuidores a comprar (inventario) para que tengan derecho a participar dentro de la compañía; algunas empresas creen esto erróneamente y lo usan como método para impulsar sus productos y generar comisiones.

En los dos casos más recientes y de alto perfil dentro de esta industria, de empresas que fueron llevadas a juicio por la FTC acusadas de funcionar bajo un esquema piramidal (Burnlounge y Vemma), los tribunales concluyeron y dieron su veredicto final de funcionar bajo esta práctica de obligación a los distribuidores bajo la modalidad de esquema piramidal. Con la compañía Burnlounge las acusaciones de la FTC fueron específicamente aducidas a la obligación de sus distribuidores a comprar inventario para aumentar sus ganancias, aun si esto implicaba que sus miembros adquirieran productos que todavía no estaban presupuestados para comercializar.

El tribunal sostuvo que la comercialización de paquetes es lícito, el problema está cuando se obliga a sus miembros a adquirirlo, únicamente para evitar generar pérdidas se considera delito. En el caso de Vemma, no se acusó directamente de ser afiliada a este tipo de exigencias para con sus miembros. No obstante, el tribunal consideró que la compañía estaba diseñada y estaba comercializando de tal forma que sus miembros estaban comprando muchos productos que no habían sido diseñados inicialmente para ser comercializados, no era opcional (según el tribunal).

Esta estructura de bonificación y materiales de capacitación de Vemma están diseñados para hacer nuevos afiliados y así lograr que ellos compraran paquetes de USD 600 dólares como mínimo. Esta compañía documentaba que se obligaba a sus participantes a adquirir productos, pero este es el caso preciso para dar a entender que los tribunales reguladores miran más allá de las políticas de la empresa, escritas en un papel. El verdadero dilema en este asunto es que se acusó de operar bajo la modalidad de esquema piramidal a la compañía, llevándola a estrictos procesos judiciales.

Mientras Burnlounge y Vemma son ejemplos claros del mundo real y sus jurisdicciones, la página de la FTC ofrece una mejor base para atender estos objetivos de regulación detrás de su prevención.

Los esquemas piramidales modernos suelen hacer comisiones de base sobre el pago inicial y a tarifas o tasas estrictamente obligatorias, sin lugar a duda detrás de estos procedimientos se busca exigir al distribuidor no tener otra salida si quiere participar en la compañía.

Los medios más comunes para alcanzar este objetivo piramidal se trata de exigir un cierto nivel de adquisición mensual para calificar a las comisiones.

Si bien la comercialización de bienes y servicios genera una nómina de comisiones en el sistema financiero, las compras o adquisiciones son financiadas bajo el rubro de comisiones por comercialización financiada por la realización de pagos posteriores con el fin de obtener beneficios tanto para el comercializador como para la compañía delegada.

En esencia la FTC, regula la implementación de pagos por hacer esta serie de transacciones anteriores a la realización de una causa económica o al posicionamiento de los productos.

Dentro del paradigma dirigido por el valor, no existen restricciones que impidan la comercialización de productos subyacentes a la compañía. El marcado contraste es que las empresas adscritas a la regulación del Network Marketing deben enmarcar su control bajo reglas que gestionen el buen funcionamiento sin caer en actos que vayan en contra de la normatividad.

Para continuar en esta industria es necesario analizar diferentes variables como, ¿Por qué él o ella quieren comercializar los productos? O ¿Él o ella solo quieren participar en una oportunidad de ingresos extra? En nuestra opinión, si hay algún tipo de requisito u obligatoriedad para ser partícipes de alguna compañía hay que denunciar ante la FTC y será ella quien se encargue de aplicar medidas drásticas conforme al marco jurídico.

Bajo el sistema de bonificación actual no hay manera de disociar la intención de consumir productos o usar servicios en su deseo de mantenerse calificado dentro de la compañía.

En este contexto, ninguna empresa seria de Marketing Multinivel tiene por qué exigir a sus afiliados la compra de inventarios con el fin de mantenerlos calificados para el cobro de comisiones. La compra de inventario en muchos casos puede resultar en productos que no son comercializados por el distribuidor y que frecuentemente terminan en una bodega con el polvo acumulándose. Lo más sensato es que los distribuidores tengan la “opción” de adquirir productos que puedan comercializar dentro de su cadena de clientes y que no supongan una carga abrumadora para los distribuidores.

Así, la comercialización y la posibilidad que esta genera se convierten en una salida legítima. En lugar de que el distribuidor esté obligado a acumular grandes cantidades de producto, la posibilidad de comercializar unos cuantos productos es la opción más sensata para las empresas que quieran continuar con la promoción de sus productos, siempre y cuando el enfoque sobre el que se basen sean las compras de los clientes por medio de los distribuidores y no las compras hechas por los mismos distribuidores.

Las consecuencias de obligar a los distribuidores

No debe ser obligatorio la adquisición de productos o servicios como un requisito de participación dentro de la compañía. Responderé a la pregunta que me han planteado con frecuencia: ¿Qué opción tengo? Para mí es bastante simple. Existen tres opciones como respuesta a esta pregunta.

En aras de brevedad resumiré rápidamente:

  1. Mantente firme, no cedas a estas obligaciones, no caigas en la trampa. Básicamente solo lo entenderás cuando escuches tu voz interior que te decía “yo te lo dije”, cuando la Comisión Federal de Comercio de repente haga un control unilateral en tu empresa.
  2. Exige al menos la mitad de la compra de inventario requerido provenga de clientes reales:
  3. Elimina comprar cosas que todavía no vas a comercializar. Así evitas acumular un montón de productos de los que no saldrás prontamente y tendrás un equilibrio entre la demanda y la oferta de tus productos.

Para concluir, una de las primeras cosas que noto cuando evaluó un modelo de negocio MLM es si está cobrando o no a sus participantes por el derecho de hacer parte de la compañía. Las regulaciones, procesos judiciales, reglamentos probatorios, etc., propenden por la transparencia así que no hay forma de evitar ser condenado por este tipo de prácticas; pagar sería la solución como consecuencia para una empresa que funciona bajo un esquema piramidal.

Si las compañías quieren mantenerse en pie, es sencillo, no deben hacer nada que vaya en contra de las regulaciones, pues no solo daña a los miembros de su equipo, sino que además coloca en riesgo en valor y la ética profesional de compañía.”

Con información de Thompson Burton.

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