La única cosa que nunca nadie te dice que necesitas para tener éxito

¿Cuál es el secreto de los grandes ganadores para alcanzar el éxito masivo? Aunque no lo creas, se trata de una sola decisión vital que cada uno de los grandes líderes han tomado al inicio de sus carreras.

25 de noviembre de 2020

Cuando se le preguntó al empresario estadounidense J. Paul Getty acerca de su fórmula para el éxito dijo “Me levanto temprano y trabajo duro.” Esta a diferencia de los casos de suerte, es una cita con la honestidad que impulsa sus deseos de salir adelante.

Sin embargo cualquier historia de éxito que se encuentra en todos los grandes ganadores de forma común es: la fortaleza para superar la adversidad. Hay que disparar directo a la cima. Habrá desafíos en el camino y algunos de ellos han de sacar lo mejor de ti. Esto diferencia a los que utilizan los desafíos para ayudar a dar forma a un mejor futuro con aquellos que se quedan estancados en los obstáculos.

A continuación presentamos unos cuantos ejemplos de líderes, empresarios, científicos y grandes personalidades que han enfrentado la adversidad siendo capaces de extraer el mejor aprendizaje en cada momento para consolidar su camino hacia el éxito:

Albert Einstein

Albert se graduó de la universidad, sin trabajo y con una situación depresiva cuando escribió a su hermana, “lo que más me deprime es la desgracia de que mis padres no han tenido un momento feliz durante tanto años. Pero lo que más me duele, es ver cómo yo siendo un adulto, tengo que mirar sin poder hacer nada. No soy más que una carga para mi familia… sería mejor que yo nunca hubiera existido en sus vidas”

Su padre fallecería unos años más tarde. Fue en ese momento cuando Albert Einstein a pesar de sus fracasos logró conseguir un trabajo como profesor universitario e incluso su fama se convirtió en historia hasta el día de hoy. Sus primeras frustraciones muy probablemente también desempeñaron un papel en su capacidad de recuperación. Sus ideas le hicieron un gran científico, pero su humanidad lo convirtió en leyenda.

Thomas Edison

Thomas Alva Edison desarrolló muchas habilidades cuando era joven. Vendía dulces y periódicos en trenes que iban de Port Huron a Detroit y vendía verduras para complementar sus ingresos. También estudió análisis cualitativo y realizó experimentos químicos en el tren hasta que un accidente le impidió realizar más trabajos de este tipo. Posteriormente, Edison obtuvo el derecho exclusivo de vender periódicos en la carretera. Esto inició la larga racha de emprendimientos empresariales de Edison, cuando descubrió su talento como hombre de negocios. Estos talentos finalmente lo llevaron a fundar 14 empresas, incluida General Electric, que sigue siendo una de las empresas que cotizan en bolsa más grandes del mundo.

Desarrolló muchos dispositivos que influyeron enormemente en la vida en todo el mundo, incluido el fonógrafo, la cámara cinematográfica y la práctica bombilla eléctrica de larga duración. Apodado «El mago de Menlo Park», fue uno de los primeros inventores en aplicar los principios de la producción en masa y el trabajo en equipo a gran escala al proceso de invención, y por eso, a menudo se le atribuye la creación de la primera industria laboratorio de investigación. Muchos de sus inventos fallaron múltiples veces antes de lograr ser plenamente operativos y funcionales para un público amplio. La historia detrás de la bombilla de Edison, la cual solo pudo lograr tras innumerables ensayos, es un ejemplo de cómo la tenacidad para superar las adversidades nos ponen en el camino del éxito.

Thomas Watson

Cuando era joven, pocos habrían esperado mucho de Thomas Watson. Él nunca se graduó de la universidad y fue despedido prontamente de su primer trabajo como vendedor luego de que fue encontrado borracho en un salón. A continuación, se involucró con un fraude de valores y posteriormente abrió un negocio que luego de un tiempo se vino abajo.

Las cosas comenzaron a mejorar cuando él consiguió un trabajo en la empresa National Cash Register y logró llamar la atención de John Patterson, fundador de la compañía. Él llegó a ser uno de los principales ejecutivos de la empresa, pero finalmente esto también salió mal, cuando Watson fue condenado a prisión por prácticas de comercialización anticompetitivas.

Como Kevin Maney escribe en la biografía de Watson, “El juicio y el veredicto le obligaron a darse cuenta de que habían cosas más grandes para su vida que su trabajo. También se demostró a sí mismo que él no era un delincuente egocéntrico. Esta experiencia se encendería para dar forma a su carrera como Presidente de IBM.”

Fue allí que Watson se convirtió en un icono de los negocios estadounidenses y creó una cultura única. Él se esforzó por proyectar una imagen absolutamente limpia e hizo que el servicio al cliente fuera una prioridad. Irónicamente sus fracasos anteriores le dieron un fuerte sentido del optimismo y capacidad de recuperación. Después de haber sido pasado por el fuego, más de una vez, se sintió más fuerte que nunca para superar cualquier desafío.

Este optimismo dio su fruto durante la Gran Depresión. Mientras que otros se retiraron, él invirtió durante la recesión y cuando el presidente Franklin D. Roosevelt lanzó el New Deal, la demanda de máquinas IBM se disparó. Para el final de la depresión, IBM se habría convertido en una gran empresa internacional.

Walt Disney

Walt Disney nació en una familia pobre con muy pocas oportunidades. Sin embargo, su tenacidad lo llevó a estudiar dibujo a tiempo parcial mientras trabajaba. Junto con su hermano Roy fundó la Walt Disney, una empresa que tuvo que enfrentar diversas adversidades, incluido un desfalco por parte de una compañía que compraba los dibujos y los cortos de Disney. Aún así Disney no se rindió y continúo trabajando meticulosamente en uno de los personajes que en la década de los treinta y cuarenta lo llevaría a la fama mundial, el Ratón Mickey. Hoy Walt Disney es una corporación que vale más de 130.000 millones de dólares con proyectos y operaciones alrededor de todo el mundo. La historia de Walt Disney sigue siendo un ejemplo de superación para el americano de hoy día y una representación vívida del sueño americano.

La pobre chicha de Hot Wells, Texas

En 1963 Mary Kay Ash se sintió sola y deprimida cuando de repente murió su esposo a causa de un ataque al corazón. Ella diría más tarde de esta situación “yo vivía en las calles de un depósito de cadáveres y empecé a preguntarme si debía salir adelante o desfallecer allí.”

Pero poco a poco con su deseo de avanzar y su reunión de fuerzas fundó Mary Kay Cosmetics una empresa avaluada hoy en día en más de $ 4 billones de dólares. La compañía convirtió su misión como empresa en un hecho real, proporcionando a las mujeres un ambiente de inspiración de trabajo receptivo. La revista Fortune la nombró una de las 100 mejores empresas para trabajar en América Latina.

Es así como se concluye que fueron sus primeras frustraciones las que la impulsaron a crear una empresa dedicada a ofrecer oportunidades a las mujeres como ella.

El éxito se construye

Estamos condicionados para creer que podemos navegar por la vida, recogiendo logros y reconocimientos a medida que avanzamos. La verdad es que tenemos dos opciones: aceptar los retos que tienen el potencial de empujarnos hacia algo nuevo o vivir vidas aburridas de silenciosa desesperación, totalmente carentes de distinción.

Nadie, bueno al menos alguien con sentido común, busca fallar. Era la lealtad inquebrantable la de Thomas Watson la que elevó su posición. Einstein parecía no encontrar un trabajo estable. Mary Kay Ash ciertamente no buscaba la muerte repentina de su marido. Disney no buscó ser estafado ni Edison quería fracasar tantas veces antes de lograr el éxito.

Sin embargo fueron estas decepciones las que dieron forma a sus éxitos posteriores. Lo que construyó su éxito no fue el hecho de que fracasaron, sino la forma en que eligieron superar el fracaso. En efecto, lograron lo que hicieron porque se negaron a ser golpeados una vez más.

La verdadera medida del éxito no está en los logros o reconocimientos, pero sí en los desafíos. Mientras celebramos los iconos de la ciencia, los negocios y el gobierno, no debemos olvidar que fueron simples mortales los que lucharon, fracasaron y luego se trasladaron a cosas mayores.

Por: Greg Satell

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