La delegación de tareas es una de las herramientas más poderosas en el arsenal de un líder: Y no solamente optimiza tu productividad, sino que también impulsa el crecimiento individual y las fortalezas de las dinámicas de tu equipo. Aún así, muchos líderes luchan para poder dominar esta habilidad crítica y fundamental. Para delegar de manera efectiva, tú debes entender la esencia de la delegación y encarnar un modo de pensar que empodere a otros.
Aquí te presentamos ocho estrategias clave que pueden ayudarte a dominar el arte de la delegación:
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El primer paso hacia dominar el arte de la delegación es reconocer que tú no puedes – y no deberías – hacer todo por ti mismo. Los grandes líderes entienden sus propias fortalezas y áreas de mejoría. Ellos emplean a individuos cuyas habilidades complementan las suyas, creando un equipo sólido y bien tonificado. Reconocer tus debilidades y áreas en las que otros sobresalen te permite distribuir las tareas de una manera mucho más efectiva.
La delegación efectiva comienza con la identificación de tareas que solamente tú puedes desempeñar. Estas son frecuentemente de naturaleza estratégica y se alinean estrechamente con tus responsabilidades únicas como líder. Al enfocarte en estas habilidades centrales, liberas tiempo para comprometerte en tareas de alto nivel de pensamiento y de toma de decisiones, impulsando tu organización hacia adelante.
Con demasiada frecuencia, los líderes observan la delegación como una simple distribución de tareas. Sin embargo, la verdadera delegación implica el empoderamiento. Cuando tú delegas una tarea, tú le das a alguien propiedad, empoderamiento y confianza para entregar resultados. Este cambio de perspectiva no solamente mejora el nivel de compromiso, sino que también impulsa la responsabilidad. Los empleados empoderados tienen más probabilidades tienen más probabilidades de innovar y encontrar solucione, beneficiando a la organización entera.
Una vez que has identificado las tareas que debes tomar para delegar, establecer expectativas claras es vital. Objetivos claramente delineados, plazos y parámetros so claves para llevar a cabo las tareas. Adicionalmente comunica el «por qué» detrás de cada tarea. Entender el propósito y el significado del trabajo de los demás miembros de tu equipo con la motivación y las perspectiva necesaria es clave para sobresalir y ser excelentes.
Para una delegación completa, incluye puntos de revisión para monitorear el progreso sin microadministrar. Esto asegura que las tareas permanezcan con su seguimiento debido mientras se le da a los miembros del equipo la autonomía necesaria para trabajar.
La retroalimentación es la piedra angular de la delegación efectiva. Después de delegar una tarea, establece revisiones regulares para discutir el progreso hecho y ofrecer guía. Esto no se trata de la microgestión, de alineamiento y soporte. Asegura que la retroalimentación sea un camino de dos vías – escucha las perspectivas de tus compañeros de equipo y desafíos. Este enfoque colaborativo impulsa la confianza y el mejoramiento continuo.
El reconocimiento es poderoso. Reconocer públicamente los esfuerzos y éxitos de tu equipo no solamente impulsa la moral sino que también refuerza la cultura de la excelencia. El elogio sincero y específico puede mejorar la confianza individual y la productividad.
La delegación es una inversión en el futuro de tu equipo y en el éxito de tu organización. Mientras que podría ser rápido manejar una tarea tú mismo, este enfoque obstaculiza el crecimiento de largo plazo. Al invertir en tiempo en el entrenamiento y empoderamiento de tu equipo, tú construyes una organización resiliente capaz de prosperar incluso en tu ausencia.
Finalmente, los grandes líderes delegan con un ojo puesto en el desarrollo. Usa la delegación como una herramienta para expandir las capacidades de los miembros de tu equipo. Asignar tareas puede desafiarlos y alinearlos con sus aspiraciones de carrera dentro de la organización. Esto no solamente mejora sus habilidades, sino que también incrementa su compromiso y lealtad.
Desarrollar este pensamiento de delegación efectiva es esencial para cualquier líder. Involucra reconocer tus limitaciones, empoderar a tu equipo, establecer expectativas claras, crear espacios de retroalimentación, y reconocer el esfuerzo de crecimiento. Cuando esto se hace de manera efectiva, la delegación desata el potencial de tu equipo, impulsa la productividad y dirige la organización hacia el cumplimiento de sus objetivos estratégicos. Abraza la delegación como un principio central del liderazgo y observa a tu equipo, y a ti mismo, prosperar.
Con información de Maxwell Leadership.
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