*Por Daniel Englebretson.
Como líder y propietario de negocio, siempre he sido apasionado por explorar nuevas formas de crecer personal y profesionalmente y ayudar a otros a hacer lo mismo. Sin embargo, como muchos líderes, a menudo he enfrentado los desafíos del tiempo limitado, la energía y los recursos. No fue hasta que descubrí el potencial de la inteligencia artificial generativa (Gen AI) que me di cuenta de que existen herramientas nuevas y poderosas para ayudarme a superar estos obstáculos y convertirme en un líder más efectivo, un padre más comprometido y una versión más saludable de mí mismo.
Una verdad fundamental en el liderazgo es que no se trata solo de tener las respuestas correctas, sino de hacer las preguntas correctas y estar abierto a nuevas posibilidades. Así que, cuando descubrí ChatGPT, me propuse un desafío personal de invertir 100 minutos en aprender a usarlo, con el objetivo de ahorrarme 100 minutos a cambio. Como líder que valora la eficiencia y los resultados, me intrigó el desafío, pero también admito que no tenía idea de lo que era posible. ¿Realmente la IA podría devolverme tiempo en mi día?
Poco sabía yo que este experimento inicial evolucionaría hacia un enfoque transformador de la vida y el liderazgo en un mundo impulsado por la IA que llamo la «Regla de los 100». La idea detrás de la Regla de los 100 es poderosa pero simple: al aprovechar la IA, no solo podemos ahorrar 100 minutos en nuestro día, sino que también podemos recuperar USD 100 en nuestra billetera y aumentar nuestra productividad 100 veces.
Decidido a descubrirlo, comencé a experimentar con la IA en mis rutinas diarias y procesos de trabajo. Empecé poco a poco, centrándome en tareas que consumían tiempo valioso, pero que no necesariamente requerían perspicacia humana o creatividad. A medida que me familiarizaba más con la tecnología, gradualmente amplié mi exploración, buscando nuevas formas de aplicar la IA a desafíos más complejos.
Contenido
Una de las primeras áreas en las que me enfoqué fue en mi bienestar personal. Como líder ocupado, a menudo luchaba por priorizar mi salud y estado físico. Al usar la IA para ayudar a planificar mis comidas, optimizar mis rutinas de ejercicio y rastrear mi progreso, hice mejoras pequeñas pero significativas en mi salud general y niveles de energía. Por ejemplo, la IA me ayudó a crear un plan de comidas personalizado que no solo se ajustaba a mis necesidades nutricionales, sino que también me ahorraba tiempo y dinero en las compras de comestibles. Estos cambios no solo me beneficiaron personalmente al ayudarme a perder más de 60 libras, sino que también tuvieron un impacto positivo en mi desempeño como líder al aumentar mi energía, enfoque y resistencia.
Luego, dirigí mi atención a optimizar mi comunicación y productividad en el trabajo. Al utilizar herramientas impulsadas por IA como ChatGPT para ayudar a gestionar mi bandeja de entrada, priorizar tareas y automatizar procesos rutinarios, pude liberar tiempo valioso y ancho mental. Por ejemplo, utilicé IA para resumir rápidamente largas conversaciones por correo electrónico e informes, lo que me permitió comprender los puntos clave sin pasar horas leyendo cada detalle. Esto me permitió concentrarme más en la toma de decisiones estratégicas y en construir relaciones sólidas con mi equipo. Además, al aprovechar la IA para mejorar mis habilidades de comunicación y colaboración, como usarla para generar agendas de reuniones y puntos de discusión, pude fomentar una cultura de transparencia, confianza y mejora continua dentro de mi organización.
A medida que continuaba explorando las aplicaciones de la IA en mi vida personal y profesional, comencé a darme cuenta de que la Regla de los 100 era más que una frase pegadiza. Era un marco poderoso para desbloquear el potencial de la IA para transformar la forma en que vivimos y lideramos. Al compartir mis experiencias y conocimientos con otros, como cómo usé la IA para optimizar mi proceso de creación de contenido para charlas y presentaciones, descubrí que este marco resonaba con líderes de todas las industrias y roles y tenía el potencial de ayudarles a alcanzar sus propios objetivos y aspiraciones.
Por supuesto, integrar la IA en nuestro enfoque de liderazgo no está exento de desafíos. Requiere disposición para aprender, experimentar y adaptarse a nuevas formas de pensar y trabajar. Puede haber malestar o incertidumbre inicial al salir de nuestra zona de confort y abrazar nuevas tecnologías. Sin embargo, en mi experiencia, los beneficios de aprovechar el poder de la IA superan con creces estos obstáculos temporales. Por ejemplo, aunque me llevó tiempo aprender a usar eficazmente las herramientas de IA e integrarlas en mis flujos de trabajo, el tiempo y la energía que ahorré a largo plazo hicieron que la curva de aprendizaje inicial valiera la pena.
Si eres un líder que busca mejorar su eficacia, impacto y crecimiento personal, te animo a explorar el potencial de la IA. Comienza identificando áreas en tu vida y trabajo donde pasas más de 100 minutos al mes y podrías beneficiarte de reducir. Luego, pasa a adoptar estos principios para aumentar tu productividad. A medida que aprendas, encontrarás nuevas formas de aplicar la IA para maximizar tu tiempo, productividad y presupuesto. Empieza poco a poco experimentando con herramientas y estrategias impulsadas por IA que se alineen con tus objetivos y valores. Recuerda, la Regla de los 100 no es una prescripción rígida, sino una guía flexible para ayudarte a desbloquear todo tu potencial como líder.
Con información de Maxwell Leadership.
Inscríbete en el newsletter para recibir más artículos como este.