¿Cómo Sergio y Rosario Rivera lograron construir uno de los negocios más exitosos de Amway?

26 de julio de 2017

La revista Entrepreneur, especializada en hablar de emprendimiento empresarial, finanzas y desarrollo personas, realizó recientemente un reportaje sobre el éxito que Sergio Rivera y su esposa Rosario han experimentado en Amway. Estos son algunos apartes de la entrevista:

“De nada sirve la técnica, si no hay perro”. Así se llama la conferencia que ha hecho famoso a Sergio Rivera en YouTube entre las personas que se dedican al negocio del multinivel. En este audio, Sergio utiliza la metáfora de un perro que te persigue como aquella urgencia que hace que ningún obstáculo sea imposible de superar.

Hace 27 años, Sergio, ingeniero químico, y su esposa Rosario, instructora de acondicionamiento físico, estaban inundados en deudas. Él trabajaba en el giro automotriz y ella había montado un gimnasio. Todo parecía ir bien, hasta que decidieron asumir la deuda de la madre de Sergio, quien tenía una fábrica de deshidratación de flores.

La pareja buscó, sin éxito, salir del problema. Rentaron tierras e hicieron una siembra de flores que pronosticaban podrían venderse muy caras. Un día, llegaron a la cosecha y las urracas había devastado el cultivo. Entonces, como una señal de salvación, fueron a una reunión donde un joven les presentó el plan Amway.

La primera impresión de Sergio fue: “Me suena a algo en lo que se meten las tías. ¡Qué pena!”, recuerda el hoy empresario Doble Diamante (distintivo número 15 de 22, dentro de Amway). “Lo único que me llamó la atención fue cuando escuché: ‘Quien califique al nivel diamante, puede pagar sus deudas’. Esto para mí fue como si se abriera el cielo y me iluminaran”, recuerda.

Ese día, el empresario regresó a su casa, revisó la documentación hasta las 3:00 de la mañana, hizo cuentas y, al ver que los números cuadraban, decidió entrar al negocio. El matrimonio empezó por asistir a los seminarios que proporcionaba la empresa para capacitar a los socios y compraron los 12 productos que existían en ese momento en el mercado. El primer reto llegó de inmediato: vencer el rechazo de amigos y familia.

Sergio estudió en la Universidad La Salle y decidió compartir el plan de negocio con 18 excompañeros en una reunión de generación. La reacción fue inesperada, las preguntas y comentarios lo cimbraron: “¿Tan mal andas?”, “¡No digas que te metiste a eso!”, “¿Con cuánto quieres que te apoyemos?”. El empresario asegura que ese tipo de experiencias sólo forjaron su carácter.

Hoy, el negocio de este matrimonio se extiende desde el Centro y Bajío de México hasta 16 países, como Estados Unidos, Colombia, Argentina, entre otros. Su nivel de impacto es de 60 empresarios directos y 15,000 socios.

Sergio y Rosario aseguran que hubo tres claves que los enamoraron de Amway: la primera, que existe un know how que brinda la empresa a través de conferencias que dan aquellos que ya han tenido éxito; la segunda, el servicio al cliente, y la tercera, que la filosofía es apoyar a otros a cumplir sus sueños y mejorar su calidad de vida.

La pareja alcanzó el nivel Diamante a los 2 años y 6 meses de haber conocido Amway. Rosario asegura que desde muy joven vio en este negocio tres grandes oportunidades: salir de sus deudas, pasar tiempo con su esposo y llegar a la vejez con las finanzas resueltas. Ahora, sus hijas y sus nietos están dentro del negocio.

En el 2000, una vez que tenían resuelta la parte base en México, la pareja se mudó a Chicago, Estados Unidos. “Como Amway opera en 100 países, no tienes fronteras. Esto es una ventaja inmensa”, señala Sergio. Así que empezaron desde cero y descubrieron que la comunidad latina no tenía conocimiento del producto y estaban en busca de oportunidades.

Ahora, el matrimonio es auspiciador de gente que está en países que ellos ni siquiera han visitado. Tanto Amway como el matrimonio Rivera aseguran que el próximo boom vendrá del campo y la gente joven, donde cada vez se buscan más oportunidades y hay ganas de emprender.

Sergio y Rosario están convencidos de seguir en el negocio de Amway para compartir su experiencia y transformar vidas, aunque ya no tengan detrás al “perro” de las deudas que los haga correr con urgencia.

Vía | Entrepreneur

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