Así fue como Mary Kay terminó dotando a sus mejores distribuidoras con carros rosados

1 de junio de 2016

En 1967, Mary Kay Ash entró en un concesionario en Dallas, Texas. Ella y su marido Mel hacía cuatro años habían dado a conocer al público la compañía llamada Mary Kay Ash Cosmetic y ahora estaban en busca de un automóvil que les permitiera adaptarse a su nuevo éxito. Ella había modificado el que ya tenía, lo pintó de color rosa, había colocado una cortina que hacía juego con la sombra de rubor compacto que llevaba en los cosméticos. Un comercializador se acercó a ella. Le hablo de lo entusiasmado que estaba con el nuevo estilo del carro y por hacer parte de esta compañía.

Sí, esta es la historia de Mary Kay, tan repetida por los voceros como sea necesario. Mary Kay fue a Frank Fort por un Cadillac. Ella pidió un Cadillac Sedan DeVille 1968. El color que tenía en mente había sido como en los comienzos de la compañía, desde luego, color rosado. Mary Kay compró uno y luego compró más para los residentes de su compañía. En 1969, se compraron 1.970 Cadillac Sedan DeVille como incentivo para los Networkers más exitosos. Desde entonces, el Cadillac color rosa es un icono para la compañía.

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Desde entonces cien mil Cadillacs han sido producidos para el imperio de cosméticos. El automóvil tiene su propia cuenta en Twitter. Cada Cadillac es arrendado por dos años, existen dos modelos actuales, el CTS y el SRX, este último es bastante más popular. Los comercializadores de la compañía también pueden acceder a conducir un BMW y un Chevrolet (en dado momento en BMW es sustituido por un Ford Mustang). Tal vez el imperio de Mary Kay ha tenido mayor impacto con su Cadillac en países como: China, gran parte de Europa, los mejores comercializadores pueden obtener un Mercedes-Benz color rosa. En Brasil, un Honda Civic; en Rusia un Ford Mondeo y en Australia un convertible Opel.

Sí, todos son color rosa.

No es fácil llegar al éxito en Mary Kay. Según un artículo publicado por Harpers el panorama en Mary Kay es sombrío si por lo menos no generas una transacción en comercialización por un monto de seis cifras en un año. Si cumples con este requisito obtendrás las llaves de un Cadillac a través del imperio de cosmético Mary Kay.

“La historia del automóvil se dio para enseñar el buen servicio al cliente”, dijo un ejecutivo de Mary Kay. Partimos de una historia que hoy es real en los distribuidores con ingresos superiores de Mary Kay.

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