4 hábitos para mantener tu SALUD MENTAL como líder

Cultiva tu círculo interior. Construye tu equipo exterior. Y no hay nada de malo en tener un terapeuta o consejero de confianza.

23 de octubre de 2019
Foto: The Wesleyan Church

El 10 de octubre se conmemoró el Día Mundial de la Salud Mental, y esta semana, tanto Mark como yo queremos hablar sobre este tema relevante. Estoy escribiendo sobre la importancia de la salud mental para un líder, y Mark escribirá sobre lo conveniente que es que un jefe cuide este aspecto en su equipo. Si bien no somos expertos en el tema, de ninguna manera, si lo tomamos muy en serio, tanto para nosotros como para las personas a las que servimos.

Por favor escucha mi corazón en esto: buscar la ayuda de un consejero o médico profesional calificado es saludable. Si no lees nada más o no tomas nada adicional de esta publicación de blog, quiero que esa sea la lección que recuerdes y lleves contigo.

Animo a todos y cada uno de ustedes que estén considerando escuchar el consejo, a que lo busquen de todo corazón y adopten los beneficios que puede traer.

He hecho de la salud mental una prioridad desde el inicio de mi liderazgo porque entendí que un líder no puede dar lo que no tiene. Aprendí, como jefe, que tomarme el tiempo para invertir en mí y en mi salud mental era algo que nunca podría permitirme perder.

El poder de la mente, y de la forma en que funciona, es uno de los mayores activos del líder. Y como cualquier activo, debe gestionarse con cuidado y coherencia. Durante mucho tiempo he enseñado sobre los poderes de mentalidad, actitud, prioridades y reflexión en la vida de un director, y enseño esas cosas no solo como principios comerciales, sino como fundamentos para una vida mejor.

Sucede que lo que es bueno para tu vida como líder a menudo se traduce en lo que es bueno para tu negocio como jefe. Hay poca separación y diferencia entre los dos.

Lo que estoy a punto de compartir son mis observaciones sobre el mantenimiento de mi propia salud mental. Estos son mis hábitos personales y no solo medidas prescriptivas; que nunca sustituirán a un asesoramiento profesional certificado.

Te animo, ya sea por tu cuenta o con la ayuda de un consejero profesional, para que encuentres esos hábitos que te permitan desarrollar y mantener tu salud mental como líder.

Aquí hay cuatro hábitos que practico constantemente para mantener mi bienestar y liderazgo:

1. Reflexión

Hablo mucho sobre el poder de la reflexión. Dedicar tiempo a mirar hacia atrás regularmente, poder observar el ahora y también enfocar la mirada hacia adelante es esencial para cualquier líder. Y si bien me has leído o escuchado hablar sobre examinar mi calendario o mi crecimiento, lo que podrías haberte perdido es por qué hago esas cosas.

No soy un esclavo de mi calendario, lo que pongo en él son esas cosas que me hacen un mejor yo. No permanezco cautivo de mi crecimiento; lo que hago para crecer es para mi propia salud y beneficio. Con demasiada frecuencia, los líderes se convierten en prisioneros de las herramientas que están destinadas a mejorarlos.

Cuando reflexiono, miro más allá de esas ayudas para considerar lo que siento, lo que estoy pensando y cómo me parece la salud en esas dos áreas. La reflexión te ayuda a evaluar la calidad de tus herramientas al darte tiempo para establecer dónde te encuentras mentalmente como líder; y te ayuda a mantener tu mente aguda al conservar esas herramientas afiladas.

2. Dirección

Como líder, hay constantes tirones de tu tiempo y atención. La gente siempre buscará que adoptes su agenda porque saben que tu influencia puede agregar credibilidad a sus esfuerzos. Hacer una pausa para evaluar si esas oportunidades están de acuerdo con tu verdadero norte personal como líder, es esencial.

Así como la reflexión me ayuda a hacer un inventario de las herramientas que uso, la dirección me orienta sobre la relación entre hacia dónde voy y dónde estoy creciendo. Mi propósito en la vida es agregar valor a los líderes que multiplican la importancia para los demás, por lo que todo lo que hago debe apuntar hacia esa misión. Debo detenerme y mirar la dirección (y a veces el ritmo) al que voy para asegurarme de que está en consonancia con mi verdadero norte.

No puedes liderar si estás siguiendo constantemente, lo que significa que debes saber la dirección que vas a seguir y ajustar el rumbo a menudo para mantener tu destino.

3. Conexión

Los líderes nunca lo hacen solos. Ellos necesitan gente para que los acompañen. Necesitan estar conectados con otros porque otras personas los ayudan a vivir todo su potencial.

He enseñado sobre la necesidad de un jefe que cuente con un Círculo Interno: personas que entran en tu vida y se quedan contigo para ayudarte a complementar tus debilidades, y un Círculo Externo: gente que vienen a tu vida por una temporada y complementan tus fortalezas, y ambos son necesarios para la salud mental de un líder.

Cuento con un grupo selecto de gente con la que siempre estoy conectado porque me apoyan para mantenerme fuerte. Pero también tengo un grupo especial de personas con las que me mantengo íntimamente unido porque me ayudan a fortalecerme. Les cuento cosas para que puedan guiarme a ver lo que de otro modo me perdería, y confío y les doy poder para que hablen de mi vida si ven un punto ciego.

No lo hagas solo. Cultiva tu círculo interior. Construye tu equipo exterior. Y no hay nada de malo en tener un terapeuta o consejero de confianza incluido en cualquiera de los grupos.

4. Imperfección

Vivimos en un mundo de alta demanda y gran acceso que crea algunas expectativas poco realistas de las personas que lideran. La cultura tiene una baja tolerancia a las imperfecciones en los líderes, lo que hace que parezca que la perfección es la única opción. Pero no es así. La perfección es solo un ideal. Y hoy en día, es perjudicial.

Esto es lo que sé: soy humano y cometo errores. Y por ello entiendo que: cuando tengo la libertad y la autenticidad para admitir esos errores, puedo aprender de ellos y mejorar como resultado. Mis círculos internos y externos me ayudan a detectar esos errores (y a menudo me impiden cometerlos), y me dan permiso para aceptarlos y seguir adelante.

Serás imperfecto como líder. Como amigo, te doy permiso para admitir ese defecto, no como una excusa, sino como una liberación. Trata tus imperfecciones con amabilidad. Admítelas cuando sucedan. Busca crecer de ellas. Pero hagas lo que hagas, no las escondas ni te des golpes de pecho.

Esta es una publicación mucho más larga de lo que suelo escribir, de un tema sobre el que no acostumbro a redactar. Pero se trata de un problema grave y creciente dentro del espacio de liderazgo, y no quiero perderlo, especialmente durante una semana, la comunidad de salud mental está dando un paso adelante y pidiéndonos que prestemos atención.

Ya lo dije antes, que estamos en una era en la que hay un déficit de liderazgo como nunca antes había visto. Necesitamos líderes. Necesitamos líderes saludables mentalmente.

Los necesitamos…

Así que por favor, cuídate.

Vía | John Maxwell

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