Un gran impulsor para ser influyente es la práctica. Si alguna vez jugaste un deporte, tocaste un instrumento musical o cualquier actividad similar que requiera memoria muscular, sabes que no mejorarás si no hay práctica. Por ejemplo, digamos que has estado jugando al golf por más de 10 años y estás cansado de que tu familia y amigos te digan qué hacer. Entonces, tú decides contratar un entrenador.
El primer paso que el entrenador te pedirá que hagas es mostrar tu swing. Quiere observar tu estilo. Después de balancear el palo de golf varias veces, el entrenador comienza a separarte. Aquí es donde algunos de ustedes se darán por vencidos.
Tu subconsciente te dice que si no te sientes bien o cómodo, debes estar equivocado. Pero si sigues el consejo de tu entrenador de golf y te dedicas a practicar, de repente tu swing mejora. Mejorar tu influencia es el mismo concepto.
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Todos esperan mantener una reputación que transmita confianza, seguridad y, lo que es más importante, influencia. La mayoría quiere una solución rápida, pero nadie puede ser más influyente después de una sesión de entrenamiento o aprendizaje.
Ser influyente a través de cada palabra que hablas y cada movimiento que haces, de lunes a lunes, requiere práctica deliberada y mucho trabajo. Eso es. No se puede leer en un libro o confiar en tu título y nivel de comodidad para ser influyente.
La dura verdad es que ser influyente es un viaje de toda la vida, de practicar a través de las interacciones cotidianas. La buena noticia es que nos comunicamos 24/7. No tener tiempo para practicar no es una excusa.
Harvard Business Review explicó este concepto de práctica deliberada: «Implica esfuerzos considerables, específicos y sostenidos para lograr algo que no se puede hacer bien. La investigación en todos los dominios muestra que solo trabajando en lo que no se puede hacer te hace el experto en el que te quieres convertir».
Por lo tanto, siéntete cómodo siendo incómodo. Sentirte incómodo es una reacción completamente normal cada vez que comenzamos a practicar una nueva habilidad que está fuera de nuestra zona de confort o más allá de nuestra competencia actual.
Volvamos a nuestro ejemplo de golf: ¿Cuántas personas crees que vuelven a su forma anterior porque el nuevo swing es demasiado incómodo y cambiarlo requiere mucho trabajo? ¡Muchos! ¿Cuántas personas he conocido que dejaron de practicar habilidades de influencia porque se sentían un poco incómodos? ¡Muchos!
¡Esta semana, asume el compromiso de los cuatro pasos!
1. Claridad
Para determinar cuánto necesitas practicar, ten en claro lo que deseas. Cuando tengas claridad en lo que quieres lograr, podrás reconocer cuando has alcanzado el resultado deseado.
2. Comentarios
Se necesita disciplina para pedir comentarios. Has lo que sea necesario para motivarte y enfocarte, de modo que puedas tomar medidas con respecto a los comentarios, lo que te llevará a los resultados deseados.
3. Echa un vistazo
Si no te estás viendo y oyendo a ti mismo a través de los ojos y oídos de tus oyentes, te estás perdiendo de grandes oportunidades para mejorar. La única manera en que puedes saber claramente cómo te perciben los demás es a través de grabaciones de video y audio. En tu próxima reunión, simplemente presiona «grabar» en tu dispositivo tecnológico. También graba tus conversaciones telefónicas.
4. Confianza
Grabarte tú mismo es inútil sin la reproducción inmediata. Cuando revisas tu reproducción, ¿te encuentras con la forma que quieres? ¿Qué deseas mejorar o corregir? Confía en lo que muestra la reproducción de video. Nada es más honesto.
Vía | Networking Times
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