*Por Nicole Serena Silver.
Nuestras mentes son la herramienta más poderosa que podemos aprovechar para todos los niveles de éxito en la vida. Nuestros pensamientos moldean quiénes somos y en quiénes nos convertiremos, además de influir en nuestro bienestar físico y nuestro estado emocional.
El poder de la mente es una herramienta que todavía estamos descubriendo y apenas comenzamos a liberar. La capacidad que cada uno de nosotros posee es mucho mayor de lo que la mayoría puede siquiera empezar a imaginar. El presente artículo explora algunas de las formas en que nuestras mentes impactan nuestras vidas y cómo podemos empezar a cambiar nuestros patrones de pensamiento para beneficiarnos de ese poder mental.
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El poder del efecto placebo
Durante años, el efecto placebo se consideró como un mito, una idea que no tenía ninguna repercusión en la forma en que nos sentíamos o actuábamos. Es solo ahora que la comunidad médica está comenzando a considerar los medicamentos placebo como un éxito y un remedio potencial. La tasa de curación del placebo oscila entre el 15% y el 72%. Esto no es un incidente fortuito ni es insignificante en lo que significa para la humanidad. Lo que ocurre con el efecto placebo es que el cerebro anticipa un resultado. La mente luego comunica al cuerpo el resultado anticipado y prepara al cuerpo para la curación. A través de este proceso, el cuerpo puede incluso crear reacciones químicas naturales milagrosamente. Por ejemplo, cuando se administra una píldora placebo para la depresión y el cuerpo libera serotonina, curando la depresión sin necesidad de medicamentos que puedan tener efectos secundarios nocivos.
El impacto del pensamiento no se limita a enfermedades físicas. Los medicamentos placebo y su impacto en la salud de una persona son mucho más fáciles de medir, pero también se pueden obtener datos concretos en los estudios sobre cómo nuestros sistemas de creencias impactan los resultados en nuestras vidas personales y profesionales. Un cambio en tu mentalidad puede ser profundo para los resultados que deseas obtener en tu vida personal y profesional. Tus pensamientos afectan todos los aspectos de tu vida, ya sea que estés consciente de ellos o no. Cada experiencia comienza con un pensamiento. Ese pensamiento, puesto en acción, crea un efecto dominó que se magnifica en tu vida. ¿Alguna vez has tenido la experiencia de decidir comprar un cierto modelo de automóvil y de repente ese mismo automóvil parece estar en todas partes donde miras? Cuando comienzas a pensar y actuar en lo que deseas, tu mente automáticamente cambia y te lleva en esa dirección.
Actuando sobre la mente
Aquí está el punto crucial y donde las personas han reducido las posibilidades de un resultado positivo: debes realmente creer que el pensamiento y la acción necesitan ser tomados hacia la meta deseada para que esto sea efectivo. Este no es un proceso estático. No puede ser un pensamiento superficial o un pensamiento que no esté respaldado por el esfuerzo. Si colocas una nota en tu pared que dice “Soy exitoso” sin nada de tu parte para respaldar ese recordatorio, es posible que este pensamiento no se haga realidad. Ahora, si escribes cómo has tenido éxito en el pasado o al final de cada día tomas la acción de anotar tus éxitos, entonces tienes pruebas concretas para respaldar tu declaración.
Resultados negativos y positivos
El poder de la mente se aplica tanto a resultados positivos como negativos. Si tu mente cree que estás crónicamente enfermo o careces de la capacidad para lograr una meta, automáticamente comienzas tu día con esa expectativa. Sea cual sea tu patrón de pensamiento principal, subconscientemente resaltarás las razones por las cuales este pensamiento es verdadero. Lo que sucede a continuación es que creas un bucle de retroalimentación, reforzando tus pensamientos principales debido a dónde estás poniendo tu atención. Es por eso que la práctica de reprogramar tu pensamiento es clave para tu éxito, felicidad y salud.
Los caminos de la mente
Tu cerebro ha desarrollado caminos neurales habituales asociados con respuestas a situaciones. Por ejemplo, si tienes una tarea con límite de tiempo que necesita completarse, tu respuesta inmediata podría ser estresarte. La respuesta al estrés es un hábito, formado al sentirse repetidamente de esta manera. Nos entrenamos para responder de la misma manera, independientemente de si el estrés está justificado o no. La buena noticia es que tienes el poder y la elección sobre cómo respondes a cualquier situación dada. El proceso de elegir comienza cuando eres consciente de cómo te sientes. El siguiente paso es examinar el pensamiento preguntándote si es relevante y cuál podría ser el peor escenario. Luego, si sientes que el pensamiento no está justificado, puedes redirigir ese sentimiento para crear un nuevo camino neuronal. Una respuesta redirigida al sentirte estresado podría ser: “La restricción de tiempo en esta tarea está fuera de mis manos y todo lo que puedo hacer es hacer lo mejor que pueda. El peor escenario no me destruirá a mí ni al negocio, y no justifica que esté estresado”.
Creando nuevos hábitos para tu mente
La repetición es esencial al crear nuevos caminos neuronales. Tus tendencias típicas son caminos grabados en tu cerebro, similares a una pista de esquí que ha sido utilizada una y otra vez. Es fácil y natural seguir el camino establecido. Salir del camino es difícil y, al principio, es especialmente desafiante tallar un nuevo camino. Después de viajar por un nuevo camino durante algún tiempo, comienza a formarse un camino nuevo. Eventualmente, puedes recorrer ese nuevo camino con facilidad. Eso es exactamente lo que sucede en tu cerebro cuando practicas un nuevo patrón de pensamiento o de comportamiento. Se crean surcos nuevos y pronto la forma de ser anteriormente desconocida se convierte en la norma.
Tu pensamiento: una de las fuerzas más influyentes y poderosas
Tu mentalidad es una de las fuerzas más influyentes que te mueve hacia el logro de tus objetivos e incluso mejora tu salud. Con este conocimiento viene la elección, y con la elección viene el esfuerzo. El esfuerzo es, con mucho, lo más difícil al principio. Está bien pedir apoyo. De hecho, se anima a pedir apoyo. Esto puede significar pedirle a un amigo, colega, mentor o miembro de la familia que te responsabilice o que verifique regularmente la forma en la que estás pensando. También podrías unirte a un grupo donde todos estén trabajando para tener un resultado similar en la forma en la que piensan. Crea una estructura que funcione específicamente para ti y comienza a aprovechar el poder de tu mente.
Con información de Forbes
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