Apostarlo todo no es para cualquiera. Pero cuando entiendes que naciste para hacer historia, no hay marcha atrás. Saúl Zavala, ingeniero de formación y líder de visión global, dejó atrás lo tradicional para construir algo que trascienda: un legado que empodere y eleve a una nueva generación de líderes en el network marketing.
«No quiero ser el único con reflectores. Quiero que esta vez los que más ganan estén en mi equipo… quiero ser reconocido por multiplicar campeones», afirma Zavala con la firmeza de alguien que no busca solo éxito personal, sino impacto colectivo.
Con más de un millón de dólares generado en sus 20s, cientos de eventos dirigidos y una comunidad de más de 500,000 seguidores, Zavala ha demostrado que lo suyo no es adaptarse al sistema… es crear uno nuevo.
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Hoy lanza «The Last Dance», no como un equipo ni un movimiento… sino como una campaña para todos los que alguna vez creyeron en esta industria y se sintieron decepcionados. Es una invitación poderosa a los que se rindieron, a los que ya estuvieron en muchas empresas, a los que aún tienen fuego dentro, para que se atrevan una vez más. A hacer esto en grande. A darlo todo por última vez… pero esta vez, de la manera correcta.
Respaldado por CELION, una compañía que fusiona salud, tecnología y propósito, Saúl lidera una expansión que en menos de 100 días ya toca 7 países.
Esto no es solo una oportunidad. Es la última vez que voy a hacerlo todo… y lo haré con todo. Y quiero que los que lo hagan conmigo, también se vuelvan leyenda.
La industria está despertando. Y esta vez, nadie quiere quedarse fuera.
¿Por qué decidiste lanzar «The Last Dance» y por qué elegiste CELION como el vehículo para hacerlo realidad?
Porque hay una generación entera de líderes que ya dieron lo mejor de sí… en la empresa equivocada. Gente con talento, visión y hambre de crecer que simplemente no encontró el lugar correcto para explotar todo su potencial. «The Last Dance» nació como un llamado a todos ellos. A los que alguna vez soñaron en grande y se apagaron. A los que dieron todo, pero nunca se les reconoció. A los que merecen tener su momento de brillar… y esta vez, no hacerlo solos.
CELION no es solo una compañía. Es el vehículo perfecto. Por primera vez encontré un proyecto que combina visión global, respaldo corporativo, un plan que realmente paga, productos que transforman… y sobre todo: la oportunidad de construir algo desde cero, pero sin empezar de cero.
Esto no es un relanzamiento personal. Esto es una misión. Vine a formar la red más poderosa de la nueva era, a construir un sistema que eleve a los verdaderos líderes, y a encender una campaña que despierte a toda una industria.
«The Last Dance» es eso: la última vez que vas a hacerlo todo, pero esta vez… va a valer la pena. Si alguna vez sentiste que pudiste haber sido leyenda y te rendiste antes de tiempo, esta es tu señal. Este es tu momento. Y lo estamos haciendo con CELION.
Ganaste tu primer millón en tus 20s. ¿Qué no te enseñó ese logro?
No me enseñó a detenerme. Ese millón no era la meta, era el punto de partida. Me enseñó que el dinero no es lo más valioso que ganas… lo más valioso es en quién te conviertes en el proceso. Porque si te quitan todo, pero mantienes tu mentalidad, puedes volver a construirlo. Ese fue mi verdadero tesoro.
Has dicho que «esto no es un plan B, es tu plan A llevado al máximo». ¿Cómo se construye una mentalidad de plan A sin margen para el fracaso?
Se construye cuando dejas de preguntarte «¿y si no funciona?» y empiezas a preguntarte «¿qué tengo que hacer para que funcione sí o sí?». Para mí, el plan A no es una opción, es una decisión respaldada por fe. Y cuando tomas decisiones con todo tu corazón, con convicción y propósito, Dios respalda tu camino.
No se trata de no tener miedo… se trata de no dejar que el miedo decida por ti. Yo no camino confiando en la suerte ni en el universo. Camino sabiendo que Dios tiene el control, y si Él puso el fuego en mi corazón, es porque ya trazó el camino. Fracasar no es lo que más me asusta… lo que realmente me dolería es conformarme con menos de lo que sé que fui llamado a construir.
¿Qué te llevó a escribir «Obsesión» y por qué crees que ese concepto es la clave para «romperla» en el network marketing?
Porque me cansé de ver talento desperdiciado. Gente con potencial real, pero sin dirección. Networkers con hambre, pero sin fuego constante. «Obsesión» no es solo una palabra fuerte… es la diferencia entre jugar a esto y hacer historia.
Escribí ese libro porque entendí que nadie llega lejos por motivación pasajera. Llegas cuando estás obsesionado con tu visión, con tu crecimiento, con la vida que sabes que puedes construir. Y cuando estás en ese nivel, dejas de buscar excusas y empiezas a construir resultados.
En «Obsesión» hablo de cómo convertirte en una persona que no solo quiere algo… sino que lo exige de sí mismo todos los días. Porque cuando tu mente y tu energía están alineadas con tu visión, nada te detiene.
Y eso es justo lo que estoy viviendo ahora con «The Last Dance» y CELION. Estoy obsesionado con levantar al próximo ejército de leyendas. No vine a sumar seguidores. Vine a formar líderes que despierten a la industria, que cobren lo que merecen, y que dejen una marca.
Si alguna vez sentiste que eras para más, pero te apagaste… este libro es para ti. Porque si algo va a cambiar tu vida, no es tu talento. Es tu nivel de obsesión.
Más de medio millón de personas siguen tu contenido. ¿Cómo te aseguras de que cada mensaje sume valor real y no solo visibilidad?
Yo no busco viralidad, busco transformación. Cada palabra que publico tiene una intención: elevar. No hablo para que me escuchen, hablo para que se activen. Porque no quiero likes, quiero líderes. No quiero solo vistas, quiero visión. Mi contenido no se mide en vistas… se mide en resultados.
¿Por qué decidiste lanzar «Colmillo Networker» y qué diferencia a este pódcast de otros en la industria?
Porque ya era hora de decir las cosas como son, sin filtros. «Colmillo Networker» nace para el que quiere ir al siguiente nivel, no para el que busca excusas. Es el pódcast de los que hacen, no de los que solo sueñan.
Aquí no hablamos de motivación barata… hablamos de estrategia, mentalidad y calle. Es entrenamiento de élite para líderes reales.
Has diseñado más de 100 manuales de duplicación. ¿Cuál es el principio número uno que todo sistema exitoso debe tener?
Duplicación = simplicidad. Si no es simple, no se duplica. Y si no se duplica, no es negocio. Un buen sistema no depende del talento… depende del diseño. Por eso, cada manual que creo tiene un solo objetivo: que cualquier persona, sin importar su experiencia, pueda empezar, crecer y enseñar. Eso es lo que escala.
Has mentoreado a líderes que hoy son top earners. ¿Cuál ha sido la lección más poderosa que les has transmitido?
La más poderosa: la combinación entre constancia y sentido de urgencia. Les enseño a vivir cada día como si fuera cierre de mes. Porque en este negocio no gana el que corre un día… gana el que corre todos los días como si fuera el último.
Pero también les recalco algo fundamental: no se trata de volverse robots de productividad. Se trata de celebrar el proceso, cuidar su salud, disfrutar cada avance… sin perder el enfoque. El líder que quiere jugar en las grandes ligas debe actuar como tal: con intensidad, con energía, con mentalidad de campeón.
Eso es lo que los diferencia. Eso es lo que los vuelve imán de resultados.
Les hago ver que no están aquí para verse ocupados… están aquí para marcar la diferencia. Y cuando se vive con esa urgencia inteligente, lo imposible empieza a suceder.
Eres fundador de empresas internacionales y líder en mercadeo en red. ¿Cómo fusionas tu visión empresarial con el crecimiento de equipos?
Siempre lo he dicho: el network marketing es una empresa real, y debes tratarlo como tal desde el día uno. Cuando alguien inicia, le enseño que no solo está entrando a un equipo… está abriendo su propio negocio. Y como cualquier emprendedor, al principio eres todo: el de ventas, tu propio asistente, el filmmaker, el editor, el líder y el que paga la luz.
Ahí es donde entra mi visión empresarial: tener claro tu modelo de negocio, saber de dónde viene el dinero, entender tu sistema, dominar tu proceso de ventas, y sobre todo… planificar sin dejar de ejecutar. Porque sí, hay que tomar acción masiva, pero no al azar. Hay una frase que siempre comparto: «Tú trabajas tu plan, y tu plan trabaja tu éxito».
Yo creo en los sistemas. Pero también creo que el sistema no reemplaza al fuego interno. Por eso, fusiono estrategia con cultura, orden con energía, estructura con propósito. Esa es la mezcla que construye grandes organizaciones: líderes que piensan como empresarios, pero actúan como guerreros.
Has vivido en más de 10 ciudades. ¿Qué ha aportado ese estilo de vida a tu forma de liderar e inspirar?
Me ha confirmado algo que siempre he creído: el network marketing es un negocio de relaciones. Y en cada ciudad donde he vivido o trabajado, he dejado más que presentaciones… he dejado hermanos. Amigos que se convirtieron en familia. Porque esto no se trata solo de crecer equipos, se trata de construir vínculos reales, auténticos, que duran más allá del negocio.
Cada lugar me ha enseñado algo nuevo, porque conocer personas y aprender de ellas es una habilidad que todo líder debe dominar. Donde quiera que voy, me esfuerzo por conectar, sumar y crecer. Y también me gusta mostrar con mi vida una verdad poderosa: este negocio se puede construir desde cualquier parte del mundo. No necesitas una oficina, ni una gran infraestructura… solo necesitas visión, acción y tu celular.
Ese estilo de vida me ha dado libertad, pero sobre todo, me ha dado un mensaje que hoy comparto con fuerza: si puedes llevar tu propósito contigo a donde vayas, nunca estarás lejos del éxito.
Después de impactar a más de 10,000 personas, ¿qué te mantiene con hambre de seguir creciendo?
Porque sé que todavía hay millones allá afuera esperando una oportunidad. Porque alguien está por rendirse… y necesita una palabra, un plan, una visión. Yo no hago esto solo por mí, lo hago por los que vienen detrás. Mi hambre no es por crecer más… es por impactar más. Y mientras quede una persona por despertar su potencial, no voy a parar.
Para quienes están buscando una oportunidad real, ¿por qué deberían formar parte de lo que estás construyendo hoy?
Porque hay momentos en la vida que no vuelven. Y este es uno de ellos. No vengo a ofrecerte una empresa más. Vengo a invitarte a escribir historia conmigo.
Estoy armando algo que va más allá del negocio. Estoy convocando a los que quieren hacer esto en serio, a los que están cansados de intentar solos, a los que saben que tienen algo grande dentro y están listos para liberarlo.
Yo no soy el típico líder que brilla solo. Quiero formar un equipo donde todos brillen. Donde no seamos uno entre mil, sino mil haciéndolo al mismo nivel. Quiero que esta vez, los que decidan decir sí… lo vivan completo. Con dirección, con sistema, con visión clara y con respaldo real.
Y si tú estás leyendo esto, no es casualidad. Puede que esta sea la última vez que te cruce esta oportunidad. Y si decides tomarla, no solo vas a aprender a ganar… Mi equipo y yo vamos a ayudarte a transformar tu vida. En resultados, en liderazgo y en calidad de vida.
Esto es más que negocio. Esto es destino. Y si estás listo, aquí te estamos esperando.
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