12 razones por las que estoy feliz de haber tirado mi empleo a la basura

11 de agosto de 2015

A veces, en medio de la constante tensión, los cierres mensuales o semanales y el ajetreo sin fin de obtener nuevos prospectos o formar nuevos equipos, puede ser difícil recordar por qué optaste por trabajar en esta industria.

Nunca olvidemos por qué trabajar en network marketing es impresionante.

La idea aquí no es infundir miedo; mi intención es exactamente recordar por qué ser networker es mucho mejor que trabajar para alguien más.

Aquí hay 12 razones por las cuales es mejor ser autónomo y no empleado de alguien más:

1) Eres tu propio jefe

Sabías que esto iba a venir, ¿no? Es la razón que todos soñamos cuando nos dimos la vuelta a esta industria y vimos que era una opción viable: ser nuestro propio jefe. Escapando de la vida que por imposición nos tocaría vivir así no nos gustara.

Recuerdas que cuando trabajas por cuenta propia, ya no tienes “patrones” en el camino que rigen tus movimientos. Aquí tú eres quien controla cómo se realiza el trabajo.

2) Ganas más dinero

En promedio, los trabajadores independientes ganan el 45% más de dinero que los empleados tradicionales.

¿Sientes como si todavía no hubieses llegado a la meta? Eso es porque estás en el proceso de autorrealización. Así que no hay ninguna razón por la cual tirar la toalla, el tiempo venidero es mucho mejor para un trabajador independiente que para un empleado tradicional.

3) Ahorras tiempo

¿Cuándo fue la última vez que te viste atascado en un trancón de camino al trabajo? Si realizas tus deberes profesionales desde una oficina en casa, es muy probable que te ahorres mucho tiempo. (Y no que gastes ese tiempo esperando largas filas de personas, trancones, etc.)

Piensa en todo el dinero que te ahorras cuando eres independiente.

4) Disfrutas de la variedad

Cuando eres un empleado de alguien más, tiendes a desmoronarte en tu cubículo de trabajo, inquieto por todo lo que hay que hacer, con instrucciones apresuradas por tu jefe y luego… eso fue todo. Tu sabias lo que había que hacer por tu trabajo, pero nunca hubo una razón para hacer algo más allá de esto. Debido a que tu trabajo nunca cambió.

Como independiente, tu trabajo está cambiando constantemente. Y lo que se espera, es una adaptación continua que implica aprender y actualizar tus habilidades. Porque cada socio nuevo que llega es un nuevo reto para ti.

Cuando eres independiente, te ves obligado a pensar una nueva forma de hacer las cosas, es decir, desarrollas tu creatividad continuamente y amas hacer esto ¿no? Es una gran sensación saber que estas colocando tus habilidades en práctica y haces buen uso de ellas y además, que mientras tus habilidades se desarrollan, tu negocio también lo hará.

5) No hay dramas por algún compañero de trabajo

Muchos de nosotros trabajamos solos y a veces llegamos a pensar que el aislamiento puede ser un poco complicado a veces. Pero, ¿de verdad, de verdad, olvidas a tus compañeros de trabajo? ¿Qué pasa con el chico a tu lado que le gustaba hablar por celular en voz alta durante los descansos? ¿O qué tal la persona que eludió sus tareas para salir más temprano, mientras tu respetaste el horario de trabajo y cumpliste con todas tus funciones?

6) Día enfermo

La escritora Jennifer Lawler ha sido independiente durante mucho tiempo y el otro día se sorprendió cuando en una visita al hospital, le preguntaron si necesitaba una nota excusando su ausencia.

“y entonces me doy cuenta de que el método por defecto en el mundo del trabajo y la educación es tratar a las personas como si fueran incompetentes o arrastradas. Porque esa es la única explicación de lo que es claramente una cuestión de rutina en la oficina. Supongo que si fueras empleado en el mundo empresarial tradicional, estarías obligado a preguntar: ‘Por favor, ¿Puedo llevar a mi hija al neurocirujano? Y tu jefe responde ¡No! a lo que tú responderías- Esta bien’ ¿en verdad esto es lo que quieres en tu vida?”

Un día que no trabajemos, probablemente implica dejar nuestro negocio, pero por lo menos puedes salir libremente sin tener que mendigar perdón a tu jefe.

Por supuesto, como trabajadores independientes tenemos que comprar nuestro propio seguro de salud. Pero incluso, eso no es tan malo; al menos podemos elegir que seguro comprar. Nuestra cobertura de salud no está al mando de la empresa que si quiere, compra el más barato.

7) Tu área de trabajo es realmente tuya

¿Prefieres monitores duales en lugar de uno? Adelante.

El reglamento de decoración en una empresa limita tu espacio personal. Pero, eso ya es cosa del pasado, ahora puedes hacer de tu espacio de trabajo un lugar más acorde a lo que eres tú. Así que ser trabajador independiente te permite cambiar de silla, por una mucho más cómoda y ergonómica cuando te de la gana, trabajar en el patio, en el centro comercial, en un parque o donde quieras.

Ya no tendrás que limitarte a lo que el reglamento de la empresa diga.

8) Nueva implementación de trabajo cuando se requiere

Si alguna vez has trabajado en un edificio de oficinas, eres consciente de las frustraciones que vienen cuando requieres algo y la junta directiva no lo suple. Ya sea que necesites un bolígrafo, ganchos o reparación del portátil, como empleado debes esperar que tus jefes den la orden de suplir nueva implementación. Y entonces ellos piden a otra persona, que le pida a otra persona, que le pida a otra persona. Podría tardar desde unas pocas horas hasta un par de semanas obtener un nuevo equipo de mantenimiento que necesitas para completar tu proyecto.

¿Necesitas algo ahora que eres independiente? Ve a la tienda y consíguelo. Regresa al trabajo y fin.

9) No hay uniformes

Ser trabajador por cuenta propia es estar un poco como Phil Collins: Sin chaqueta de trabajo.

Además no requiere tonos perfectos; no hay dos tonos de gorra o camisa con el logo de la empresa cubierto.

A menos de que estés por reunirte con un cliente o una persona vía personal o video chat, puedes usar (o no usar) lo que quieras. Este beneficio puede parecer un cliché para los trabajadores independientes, pero sin duda es una opción ventajosa.

10) Tú estableces tu propio horario

Cuando se te antoje trabajar en un horario fijo, puedes hacerlo, pero si luego quieres mezclarlo con horas más flexibles, también puedes hacerlo. Ya que eres tu propio jefe puedes elegir el horario que mejor se adapte a ti.

Si no eres una persona que le guste trabajar en la mañana, tranquilo, ya puedes configurar la alarma y trabajar más tarde. O si por el contrario quieres acabar pronto puedes fijar tus horas para el amanecer y tener un día completo de trabajo antes de que tus hijos se levanten para ir a la escuela.

11) Eres más valorado

Como profesional independiente, ya no formas parte de la colmena; ahora eres un individuo altamente valorado, más importante aún, puedes decidir el valor que le das a las cosas.

12) Eliges el negocio en el que quieres estar

Cuando trabajas como empleado, te ves más o menos obligado a servir a quien la empresa decida. Ya se trate de personas que te agraden o no tenías que hacerlo porque ese era tu trabajo.

Si un prospecto te grita ahora, es porque elegiste uno equivocado; pero la diferencia es que ahora tienes el control de elegir con quién te quedas y con quién no. Tú eliges en última instancia a quien brindar tu negocio.

Y por último…

Cuando el estrés de la vida cotidiana empieza lentamente a agotarte, puede ser difícil recordar lo increíble que es tu vida, tu negocio, tu realidad. Puedes incluso considerar renunciar, pero, la verdad es que ser independiente es una fantástica opción de vida y de alguna u otra forma debes estar agradecido por ello.

Si alguna vez olvidas porque has elegido ser tu propio jefe, piensa de nuevo lo que estabas haciendo antes de convertirte en un profesional independiente; piensa en tus peores clientes, tu código de vestimenta impuesto por la empresa, tu espacio de trabajo agobiante y los largooooos viajes de tu casa al trabajo.

Por Tom Ewer

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