7 consejos para CONTROLAR tu ANSIEDAD por el coronavirus

Tu sistema inmunológico se agota y no puede funcionar de manera óptima cuando estás expuesto al estrés a largo plazo.

1 de abril de 2020
Foto: Envato Elements

¿Te sientes ansioso? ¿Estresado por los acontecimientos actuales? Quiero empoderarte para que tomes medidas para controlar tus miedos, porque tener ansiedad sobre el coronavirus no te ayudará.

El estrés puede estimular tu sistema inmunológico en pequeñas explosiones. Sin embargo, cuando la ansiedad se prolonga, como lo que nuestro mundo enfrenta actualmente, la mayor efectividad del sistema inmune se ralentiza y finalmente cae en la dirección opuesta. Al igual que tú, tu sistema inmunológico se agota y no puede funcionar de manera óptima cuando estás expuesto al estrés a largo plazo. Y, dado que tu sistema inmune es responsable de combatir los patógenos y mantener tu cuerpo sano, un sistema inmunitario estresado puede provocar una mayor susceptibilidad a las enfermedades.

Esa es la mala noticia.

La buena noticia, sin embargo, (y no es una buena noticia) es que, independientemente de lo que está pasando en el mundo, se puede controlar el estrés y la ansiedad. Tal vez no sea fácil o automático, pero es posible.

Como psicólogo clínico y entrenador que ha trabajado con clientes durante más de dos décadas para optimizar su mentalidad (incluso en tiempos difíciles), he creado un sistema que llamo entrenamiento neuro-regenerativo. En esencia, es una forma de reconectar tu cerebro para que funcione para ti y no en contra tuya.

La mayoría del estrés y la ansiedad que experimentamos no es causada por factores externos, sino por nuestra interpretación de esas circunstancias externas. El mundo no se ha quedado sin papel higiénico al momento de escribir este artículo, por ejemplo, y sin embargo, la gente está aterrada de que los estantes estén vacíos. Y a pesar de las estadísticas actuales sobre el coronavirus, la angustia por contraer un caso grave es rampante.

Esto NO quiere decir que deberíamos seguir con nuestras vidas como solíamos hacerlo. Las cosas están cambiando rápidamente y necesitamos adaptarnos. Es muy importante estar seguro y seguir las pautas de salud para protegernos y proteger a los demás.

Sin embargo, sentirte abrumado por la ansiedad puede interferir no solo con tu salud sino también con tu capacidad para funcionar. Un cerebro ansioso, por ejemplo, tiene una capacidad disminuida para concentrarse, enfocarse, resolver problemas y ser resistente, lo que puede conducir a más problemas en tu vida personal y profesional.

¿Entonces qué puedes hacer? Aquí hay siete consejos para ayudarte a enfrentar de manera óptima la ansiedad por coronavirus:

1. Sé proactivo para reducir tus niveles de estrés

El estrés aumenta la ansiedad. Piensa en el estrés como en un continuo de 0 (sin estrés) a 10 (el más estresado que hayas tenido). Es una escala subjetiva, pero para mí, llamo a cualquier cosa en un siete o más «la Zona Roja». Y cuando estamos en esa Zona Roja, tendemos a pensar de manera más negativa. Eso perpetúa la ansiedad, lo que aumenta los pensamientos negativos, y se convierte en una espiral descendente.

La clave no es esperar hasta que estés en la Zona Roja, sino abordar tu angustia antes de llegar allí. Las personas tienden a mostrar signos de niveles más altos de estrés que son únicos para ellos. Tal vez sientas que te viene un dolor de cabeza, o comienzas a rechinar los dientes o a mover la pierna hacia arriba y hacia abajo.

Sea lo que sea, toma conciencia de tus «avisos». Luego, cada vez que notes que tu nivel de estrés aumenta, has algo saludable y útil para reducir ese nerviosismo. Salta a tu cama, sal a caminar, pon tu canción favorita y baila, mira un video divertido para hacerte reír, lo que sea que te haga sentir más liviano.

2. Recuerda, no estás indefenso

¿Alguna vez te mudaste y tuviste que esperar a que apareciera el encargado del cable para configurar los servicios? Pueden decir que estarán allí entre las 8:00 y el mediodía, pero ¿cuándo aún no has tenido noticias suyas y son las 2:00? Eso te hace sentir, bueno, estresado.

Este es un tipo de impotencia aprendida, un término en psicología que básicamente se traduce como: «No hay nada que puedas hacer y eso se siente horrible». La impotencia aprendida puede causar ansiedad e incluso conducir a la depresión.

Podrías sentir que no hay nada que puedas hacer durante este tiempo sin precedentes. Y, sin embargo, es vital recordar que siempre hay dos estrategias para enfrentar cualquier problema. Uno está centrado en el problema, donde cambia la naturaleza problemática de lo que está sucediendo. Si bien es posible que no puedas curar personalmente el COVID-19, podrás hacer tu parte participando en el distanciamiento social y el lavado de manos.

La otra es una estrategia llamada afrontamiento centrado en la emoción. Eso implica cambiar tu reacción emocional al evento. Mantenerte fuera de la Zona Roja, enfocarte en formas de ayudar a los demás, practicar la gratitud… todas estas son maneras de sentirte mejor emocionalmente. Si bien es posible que no puedas cambiar todo lo que está sucediendo, podrías mejorar tu reacción al respecto. Y eso puede ayudar a reducir tu ansiedad.

3. Actúa desde un lugar de lógica más que de emoción

La preocupación puede perpetuar la ansiedad. La idea de «qué pasa si…» sucede algo malo, como «¿Qué pasa si me quedo sin papel higiénico?» o «¿Qué pasa si esto dura meses y meses?» puede perpetuar y aumentar la ansiedad. Cuando pensamos en términos de » qué pasaría si», tendemos a reaccionar emocionalmente como si lo que tememos que suceda sea inevitable.

Comparo esto con ponerte el abrigo de invierno en verano. Imagina que es verano y 100 grados afuera. Ahora, digamos que ves a alguien con un largo abrigo de invierno con bufanda y sombrero. ¿No crees que algo así es un poco extraño con esa persona? Probablemente. ¿Y si esa persona te dijera que se estaba preparando para el invierno, que llegaría en cuatro meses? Eso todavía no tiene sentido, ¿verdad? Sudar durante cuatro meses hasta que esté lo suficientemente frío como para tener que usar ese abrigo causa molestias innecesarias. Y, sin embargo, eso es lo que hacemos cuando sufrimos el síndrome de «qué pasaría si…». Reaccionamos emocionalmente como si algo ya estuviera sucediendo, incluso si no es así.

Sin embargo, eso es diferente a tener ese abrigo de invierno en el armario para cuando lo necesites. Con esto quiero decir que es importante considerar los peores escenarios y tomar medidas para prevenirlos o establecer sistemas para implementarlos si tienen lugar. Pero reaccionar emocionalmente como si esos temores fueran inminentes es como usar ese abrigo de invierno cuando hace calor.

4. Cambia tu negativo «qué pasaría si…» a uno positivo «qué pasa si…»

Intenta plantearte una línea diferente de preguntas para ti. Puedes cambiar tu «qué pasaría si…» de un pensamiento catastrófico a perspectivas más emocionantes en un simple cambio del guión. Por ejemplo, «¿Qué pasa si algo positivo proviene de esto?» o «¿Qué pasa si mi familia se vuelve más cercana en cuarentena?» Esas son preguntas para las que realmente quieres que las respuestas sean verdaderas.

5. ¡Deja de seguir el pánico!

Deja de seguir a esos negativos Nells y Nelsons en las redes sociales. Apaga las noticias. Mantente alejado de sitios web o puntos de venta de diarios y revistas que te hagan sentir más ansioso. Silencia textos tóxicos. Haz clic en «eliminar» en los comentarios o a los «amigos» que te desaniman. ¡Se te permite priorizar tu salud mental!

6. Diferencia entre posibilidad y probabilidad

Hay una diferencia entre posibilidad y probabilidad, pero la difusión de información y las noticias erróneas pueden nublar eso. Si bien las estadísticas cambian cada hora, no es probable que contraigas el virus y desarrolles complicaciones graves. Sí, continúa tomando precauciones para detener la probabilidad de contraer o propagar el virus (quédate en casa, especialmente si estás enfermo; lávate las manos; cúbrete la boca cuando toses; limpia las superficies frecuentemente tocadas diariamente). Simplemente no confundas el potencial de estar enfermo con la probabilidad de que eso suceda.

7. Aprovecha este tiempo

¿Cuántas veces has pensado que desearías tener más tiempo para… pasar con mi familia, hacer ejercicio, meditar, limpiar…? ¿Adivina qué? ¡Tu deseo ha sido concedido! Trata de aceptar este cambio de ritmo y haz las cosas que has querido hacer. Cuando ejecutas tareas que has estado posponiendo o disfrutas de un tiempo centrado en ti mismo, eso ayudará a reducir tu ansiedad.

Aunque no se puede controlar todo lo que está pasando en el mundo, tú puedes tomar el control de tu ansiedad. Implementa estos consejos para reducir tu angustia para que puedas sentirte y funcionar mejor.

Y recuerda, la vida tiene sus altibajos. Así es la vida. Cuando estés “deprimido” y te sientas ansioso al respecto, ten en cuenta que las cosas mejorarán. Este es un momento difícil. Date gracia, cuida tu salud mental y date cuenta de que vendrá un «vamos para arriba».

Vía | Success

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