*El siguiente artículo fue escrito por Kim Kiyosaki y fue publicado originalmente en el blog Rich Dad.
Hace varios años, publiqué un artículo en mi página de Facebook sobre una mujer que se sentía como una invitada en su propia casa porque no traía un cheque de pago y se quedaba en casa para criar a su hijo. El artículo se titula “Por qué nunca viviré con los centavos de otro hombre” y comienza con esta declaración aleccionadora: “Durante los 8 años que mi exmarido y yo estuvimos juntos, dependí económicamente de él”.
En el artículo, la autora Laura Lifshitz comparte las luchas que enfrentó con un esposo que continuamente devaluaba sus contribuciones al hogar, diciendo cosas como: “Yo pago las cuentas. Es mi casa”.
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Para su esposo, los esfuerzos de Laura importaban poco:
“No importaba que yo estuviera cuidando la casa y nuestro hijo. No importaba que estuviera haciendo un gran esfuerzo para encontrar un buen trabajo (solicitando trabajos, buscando reclutadores, utilizando mis conexiones y recursos de ex alumnos, etc.) y mientras tanto trabajaba a tiempo parcial hasta que encontrara algo.
Era su casa. Supongo que solo era una invitada”.
Ella continúa compartiendo que estas luchas eventualmente terminaron en el divorcio. En el proceso, ella consiguió lo que define como un trabajo perfecto que le permite mantenerse a sí misma y a su hijo. En sus propias palabras, “Ahora, tengo el poder. Tengo dificultades y estoy luchando, pero maldita sea, tengo mi propio dinero y me encanta”.
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Eliminando el tabú
Lamentablemente, la historia de Laura es demasiado común.
Desafortunadamente, es un tema que rara vez se discute en los principales medios de comunicación, y mucho menos entre las mismas mujeres.
Cuando Robert y yo salimos por primera vez, me preguntó: “¿Tienes algún problema con que yo sea rico?”
Pensé para mis adentros: “¡Qué pregunta tan extraña! ¿Quién tendría un problema con eso?”
Cuando le pregunté a Robert por qué preguntaba, continuó explicando que muchas mujeres con las que había hablado en el pasado encontraban ofensivo hablar de dinero o concentrarse en ganar mucho dinero. Pensaron que era un objetivo superficial querer ser rico.
La realidad es que hay mucha gente que piensa que el dinero no es un tema del que deba hablarse. Aunque es algo que todos necesitamos y usamos a diario, es un tema tabú que incomoda a la mayoría de las personas.
El poder de una pareja que trabaja unida
Seamos realistas, cuando se trata de dinero, la mayoría de las mujeres se sienten lamentablemente detrás de los hombres. Según CNBC, UBS Global Wealth Management descubrió que casi el 60% de las mujeres dejan las decisiones financieras cruciales en manos de sus parejas masculinas.
Por el contrario, el estudio encontró que cuando las parejas trabajan juntas en objetivos de dinero a largo plazo, la confianza de las mujeres aumenta, a medida que crece su conocimiento y experiencia con el dinero.
Optar por salir de la lucha por el poder
Hay datos significativos que muestran que en algún momento de su juventud, las mujeres pierden la confianza en torno al dinero y los números, a pesar de que la ciencia muestra que no hay diferencia entre la capacidad matemática de hombres y mujeres.
Sin embargo, los estereotipos existentes en torno a las niñas y los números han creado una cultura que condiciona a las mujeres jóvenes a creer que manejar el dinero es una tarea de hombres.
Ciertamente, cuando el esposo de una dice que está en una posición de poder, al igual que lo hizo el esposo de Laura al decir: “Yo pago las cuentas. Es mi casa”, ese condicionamiento se mantiene. A menudo es muy difícil para una mujer salir de esta visión que los hombres tienen de ella, pero es esencial poder hacerlo.
Compara la historia de Laura con la historia de Heidi Rasmussen, a quien, después de ser despedida de un lucrativo puesto de vicepresidenta, se le pidió que ayudara a su esposo a iniciar y construir un negocio.
Su esposo, Reid, ya había dejado su trabajo como gerente en una agencia de seguros. Su plan era lanzar un negocio en el que las aseguradoras ofrecieran a los trabajadores descuentos en gastos (como recetas y atención de urgencia). Eventualmente Rei apeló a su esposa, Heidi, para que utilizara su cerebro de marketing y lograra que el negocio despegara.
“Decidí transformar la idea en una marca atractiva”, dice ella. “Fue un paso total de fe”.
Juntos, Heidi y Reid han construido un negocio multimillonario. Y lo más importante es que están disfrutando el viaje juntos.
Hablar de dinero con tu pareja
Lo gracioso es que Robert fue realmente la primera persona con la que salí que quería hablar extensamente sobre el tema del dinero y asegurarse de que estuviéramos en sintonía en lo que se refiere al dinero.
Lo más probable es que no hables mucho sobre dinero con tu pareja, ya sea porque das por sentado sus puntos de vista o porque simplemente te sientes incómoda al hacerlo.
Pero creo que para que una relación prospere, una pareja debe estar en la misma página, o al menos entender las perspectivas del otro, cuando se trata de las cosas más importantes de la vida. ¡Y eso incluye dinero!
Preguntas que las parejas deben hacerse
Si el dinero no es algo de lo que hables con franqueza y confianza con tu pareja, entonces quizás quieras hacer una cita especial y comenzar esta importante conversación.
Aquí hay algunas preguntas que ustedes dos podrían responder para comenzar:
- ¿Qué te dijeron tus padres sobre el tema del dinero?
- ¿Tus propios pensamientos difieren de los de tus padres?
- ¿Qué representa el dinero para ti?
- ¿Cuál es tu opinión general sobre las personas muy ricas?
- ¿Cuánto es “ser demasiado rico” para ti?
A veces encontrarás resistencia a este tema debido a creencias arraigadas e incomodidad con el tema del dinero. Toma las cosas con calma y con cuidado.
Una pareja fuerte es la que se fortalece mutuamente
Todas estas revelaciones, cambios de mentalidad y conversaciones difíciles son un esfuerzo por elegir a la pareja adecuada para ti, tanto en los negocios como en la vida personal. Como mujeres, tenemos la opción de elegir en quién gastamos nuestro tiempo y talento, y la opción sobre lo que creemos acerca de nosotras mismas… sin importar lo que nadie, incluidos nuestros cónyuges, pueda decir.
Soy afortunada. Al igual que Heidi, tengo un esposo que no solo me ayuda a ser una mejor versión de mí misma y me alienta a prosperar financieramente, sino que también disfruto de la tarea de construir negocios e inversiones. Y esto ha hecho toda la diferencia del mundo para mi.
Hoy, les animo a que echen un vistazo a sus relaciones de pareja … y su potencial. ¿Hay mejores horizontes para ti? ¿Puedes ser más de lo que estás imaginando actualmente? ¿Puedes pasar de simplemente buscar un trabajo a iniciar una empresa que genere millones?
¿Vale la pena hablar de tu futuro?
Recuerda esto: al comprender los puntos de vista del otro, se comprenderán mejor como personas. Y esa es la clave para construir una asociación de pareja de por vida.
Con información de Rich Dad.
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