*Por Rob Sperry para Direct Selling News.
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El ingrediente que faltaba en el próximo capítulo de la venta directa
Durante décadas, el desarrollo del liderazgo fue el motor de la venta directa. Las empresas que perduraron no solo generaron volumen. Formaron personas.
Contaban con sistemas que convertían a alguien nuevo en un constructor y, finalmente, en un líder. Esos sistemas no eran sofisticados: eran claros, consistentes y se basaban en la cultura.
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Entonces llegó el cambio.
Las redes sociales tomaron el control y, de repente, todos se centraron en la marca, el marketing de atracción y la visibilidad personal. La atención se trasladó del desarrollo de líderes a la promoción de personalidades.
Hoy en día, la mayoría de las empresas enseñan a publicar, a vender y a atraer. Pocas enseñan a liderar.
De la creación de caballos de batalla a la compra de caballos de carreras
En «Construidos para Perdurar», analizamos cómo la profesión gradualmente cambió el desarrollo de líderes por la compra de ellos. En lugar de crear caballos de batalla mediante el desarrollo interno, las empresas comenzaron a buscar caballos de carreras: líderes experimentados de otras organizaciones.
El motivo tenía sentido: crecimiento más rápido. Credibilidad instantánea. Pero con el tiempo, este enfoque desgastó los cimientos que creaban estabilidad. Cuando el liderazgo se compra en lugar de producirse, la cultura se vuelve transaccional. Los equipos pierden mentoría, profundidad y lealtad a largo plazo.
El desarrollo personal y el desarrollo del liderazgo siguen siendo las piedras angulares de la duplicación. Uno construye a la persona. El otro multiplica al líder. No se pueden formar líderes que carezcan de consistencia, humildad o convicción. Estas cualidades surgen mucho antes que el título.
El costo de omitir el desarrollo
Cuando el desarrollo desaparece, la duplicación muere. Los equipos se vuelven dependientes de unas pocas personalidades en lugar de principios compartidos. La cultura se vuelve reactiva. Los líderes se agotan.
El desarrollo del liderazgo sigue siendo la estrategia de retención más sólida de la profesión. Genera convicción, confianza y seguridad. Les recuerda a las personas que el crecimiento, no la publicidad exagerada, es el verdadero objetivo.
Reconstruyendo las bases
Las empresas que triunfen en la próxima década volverán a estas bases. Reconstruirán sistemas de liderazgo que desarrollen a las personas desde adentro hacia afuera. Combinarán la formación en mentalidad con la formación de habilidades. Invertirán en mentoría, no solo en marketing.
La duplicación no proviene de los seguidores. Proviene de los marcos de referencia.
La verdadera prueba del legado
Las tendencias cambian. Los algoritmos cambian. Los ascensos van y vienen. Lo que nunca cambia es el impacto de un líder desarrollado.
Las empresas que perduran serán las que forjen tanto a la persona como al líder. Así es como se crea un crecimiento que perdure mucho después de que se desvanezca la atención.
Por lo tanto, todo ejecutivo y líder de alto nivel debería hacerse una pregunta sencilla:
¿Estamos desarrollando líderes o simplemente comprándolos?
Con información de Direct Selling News
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