Tener éxito es una cosa. Construir un éxito que perdure a través de los años e incluso trascienda más allá de nuestra vida es otra cosa. Bien lo dice el viejo y conocido refrán: “Planta un árbol, escribe un libro, ten un hijo”, como una fórmula infalible para dejar huella en el mundo. Ahí se ve cómo para la humanidad siempre ha sido importante el concepto de TRASCENDER. Hoy en día la esencia es muy similar: todo lo que puedas crear sobre la faz de la tierra hará que tu recuerdo perdure. Sin embargo, en un sentido más amplio, para impactar realmente al mundo y dejar un nombre que sea recordado se requiere más que un árbol o un libro. Y no importa a qué te dediques, en todos los rubros, en todos los negocios se puede dejar tu nombre inscrito en los libros de historia.
La pregunta entonces sería ¿Cómo lo hago? ¿Cómo llego a esos niveles de éxito que cambian al mundo? Esa pregunta me ha acechado desde hace varios años y he dedicado mi vida al estudio de gente que lo ha logrado, para así poder ayudar a otros a imitarlo. Una de las mejores explicaciones al respecto la encontré en un libro titulado “Succes Built to Last”, de Jerry Porras, donde entrevistaron a 200 personas con éxito trascendental (Entre ellos Nelson Mandela, Bill Gates y Michael Jordan) para determinar qué elementos tenían en común. Estos fueron los elementos más importantes:
Para construir un éxito que realmente impacte al mundo se necesitan 3 cosas: Un porqué poderoso, un pensamiento apasionado y una acción constante.
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UN PORQUÉ PODEROSO
“No hay viento que beneficie un velero sin dirección”, dicen por ahí. Y es que necesitamos saber a dónde vamos para poder llegar. El problema con el éxito es que es muy relativo: lo que para unos es una vida altamente exitosa para otros es un desperdicio banal de tiempo. Yo pensaba por ejemplo que ser exitoso era equivalente a tener dinero y mientras más dinero tuviera más exitoso sería. Con el tiempo me di cuenta que el dinero puede ayudar a que te sientas exitoso, pero casi siempre es un actor secundario. Puede ser un gran medio para conseguir el éxito y también puede ser un resultado del éxito, pero rara vez es el éxito en sí porque los “éxitos” más recordados y duraderos son aquellos que impactan a más gente. Algunos de los personajes que han cambiado al mundo son millonarios, otros no. Incluso hay miles de millonarios que nadie recuerda, pues no han impactado más vidas que la suya. Por eso nuestro porqué debe ir más allá del dinero, debe reflejar el cambio que quisiéramos ver en el mundo.
PENSAMIENTO APASIONADO
Una vez que tenemos claro lo que queremos lograr, necesitamos pensar apasionadamente cómo lograrlo. ¿Qué significa pensar apasionadamente? Significa pensarlo mucho y con entusiasmo. Y cuando parece que lo pensaste demasiado, debes pensarlo más aún… ¿Te has encontrado pensando sin parar en algún proyecto? ¿Quizás en una dieta que te está dando grandes resultados? ¿Tal vez un nuevo amor que quieres conquistar? ¿Te has descubierto yendo a dormir pensando en algo y amanecer pensando en lo mismo y estar todo el día con ello en tu cabeza? Pues eso es lo que se necesita para lograr un éxito profundo y duradero. Cuando pasas tanto tiempo pensando en algo, empiezas a encontrar oportunidades en todos lados, comienzas a moldear tu vida alrededor de ese objetivo y, repentinamente, tu mente empieza a encontrar soluciones a cualquier contratiempo que se cruce en tu camino. No es casual que el famoso investigador social Richard St. John haya demostrado que la característica más repetida entre la gente exitosa es que dice “Amar” lo que hace. Si vas a pensar el 80% del tiempo en algo, es mejor que sea algo que te apasione. Claro que eso no es suficiente, de pensar no come el hombre. Es el tercer punto el que separa al 5% más exitoso de la población de todos los demás.
ACCIÓN CONSTANTE
La realidad es que, cuando comenzamos a trabajar en pos de lograr lo que tanto hemos pensado, nos damos cuenta que será un camino complicado, que nada es gratis en este mundo y que el éxito requerirá mucho más trabajo y sacrificio del que imaginábamos. Como dice uno de mis mentores, Randy Gage, “El único queso gratis está en la ratonera”. Los sueños que tenemos suelen ser perfectos y nos desilusionamos cuando vemos que el camino para lograrlo no. Por eso es tan importante la disciplina y la fuerza de voluntad, pues te levantará a hacer lo que tengas que hacer, aún cuando sea sumamente complicado. Como siempre digo en mis entrenamientos, “La disciplina es hacer todos los días lo que sé que tengo que hacer, sobre todo cuando no quiero hacerlo”. Cuenta J. K, Rowling, la famosa escritora de Harry Potter, que ella tenía una sola consigna: Escribir todos los días al menos una página de sus libros. Si has vivido en este planeta los últimos 15 años, seguro conoces dichos textos y habrás notado que estamos hablando de 6 libros con más de 500 páginas cada uno… Parecería una locura terminar esa labor escribiendo una página al día, por eso la mayoría de nosotros pensaría algo así como: “Este mes estoy muy ocupado, comenzaré el próximo” o “Cuando termine con la presentación que estoy haciendo comenzaré a escribir el libro”. Dicho de otra forma, pensaríamos que “Cuando todo el mundo se acomode para que pueda escribir tranquilo 3,000 páginas empezaré”, pero si hay algo que le encanta a la vida es interponerse en los planes que hacemos y jamás acomodarse para que tengamos todo el tiempo necesario. Es por eso que todos los que dan pequeños pasos todos los días llegan más lejos que aquellos que esperan el “momento perfecto” para empezar a caminar. La palabra importante de este tercer elemento es CONSTANTE… Acción CONSTANTE.
En resumen, los tres elementos del éxito son: tener claro tu objetivo, pensar en el con pasión y actuar, actuar y actuar, todos los días… ¿Es fácil? Claro que no, ¿Vale la pena? Esa respuesta sólo la tienes tú, pero si decides que sí debes saber que será más complicado y a la vez más gratificante que plantar un árbol.
Por Jaime Lokier
Autor del Best Seller de Amazon Redes de Liderazgo
Redesdeliderazgo.com
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