En medio de sus carreras, las personas a menudo creen que pueden alcanzar la felicidad una vez que han logrado el éxito. Pero, ¿creerías que la investigación muestra que en realidad es al revés? Cuando buscamos la felicidad, es más probable que no tengamos éxito.
El impacto que puede tener en los demás funciona de la misma manera. Algunas personas piensan que una vez que son realmente exitosos, cuando logran ser destacadas superestrellas, pueden comenzar a retribuir a sus comunidades o destacar a otros en sus equipos. La investigación muestra que este punto de vista también es direccionalmente incorrecto.
Alcanzar tu mayor potencial no opera en una sola dirección. En cambio, funciona como un ciclo de retroalimentación positiva mediante el cual los éxitos entre quienes nos rodean crean una cascada de logros compuestos, lo que yo llamo un «ciclo virtuoso».
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Todos hemos escuchado el término ciclo vicioso que se usa para describir lo que sucede cuando los eventos negativos caen en cascada y se recomponen. Por ejemplo, a un empleado no le gusta su trabajo, por lo que se desconecta, lo que lo hace ineficiente en su actividad laboral, lo cual conlleva a que no le guste aún más su trabajo. Un gran bateador de jonrones golpea tres veces en un juego, pierde confianza y se vuelve tímido con su swing, lo que lo lleva a más ponchadas en el próximo juego y así sucesivamente.
Considera la alternativa virtuosa. Un ciclo virtuoso es una espiral ascendente de potencial. Con cada éxito obtienes más recursos que, a su vez, te permiten alcanzar éxitos cada vez mayores. Así como un ciclo vicioso agrava lo negativo, un ciclo virtuoso aumenta lo positivo, haciendo que el progreso futuro sea cada vez más fácil.
Por ejemplo: un líder de ventas comparte los elogios por su éxito de mercadeo con uno de los miembros de su equipo de soporte, lo que hace que ese integrante se sienta más comprometido, lo que lleva a un mayor logro de entregas para el líder y, a su vez, a más ganancias y elogios. Un gerente con exceso de trabajo confía en su asistente lo suficiente como para delegar una tarea importante; esto hace que el asistente se sienta confiable, lo que lo lleva a dejarlo fuera del terreno en el proyecto, y eso le da más tranquilidad al gerente.
¿Notaron que los ciclos viciosos, las espirales descendentes, ocurrieron cuando los individuos intentaron hacerlo solos? Si el empleado al que no le gustaba su trabajo laborara para conectarse más profundamente con sus compañeros, podría sentirse inspirado para desempeñarse mejor. Si el bateador de jonrones con problemas le pedía a la alineación inicial un día de descanso o de trabajo en las jaulas de bateo (dando a su compañero novato la oportunidad de brillar), todo el equipo podría beneficiarse.
En el ciclo virtuoso, a menudo trabajamos juntos. Creamos oportunidades para otros y los reconocemos por sus contribuciones.
Cuando nos comprometemos a mejorar a otros, no hay límite para lo que podemos lograr tanto individual como colectivamente.
Vía | Success
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